miércoles, 3 de agosto de 2011

MARTÍN

Huracanes Isleños crearon acordes para ti,
 Mi oído aprendiz descifró esas partituras,
 Ningún temporal Será igual al otro mientras te cobijes en mi abrazo.
Entre lavandas te esperaba, refugiada en mi palafito.
 Donde la noche terminaba su paseo entre tijerales.

Yo  te imaginaba con capa de terciopelo azul con rojo,
 Unas botas de esas que dejan huellas en el alma, tu sonrisa mitológica me trajo paz.
Llegaste aquel día de primavera, cuando los girasoles aprendieron a saludar mariposas.
Ese mismo día los saltamontes se vistieron de gala, tus ojos luminosos como velas
 En festejos Me miraron.

Mi cuerpo se volvió azulino, un sublime destello cristalizo mi mundo.
La danza De volantines presagiaba feliz aterrizaje,
 Mi principito tal cual lo imagine con manos de pintor, salpicaba colores fluorescentes
En mi ventana…

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