Nadie atajará el aguacero final
de mis ojos moribundos,
dos cuerdas en mi guitarra
la tetera hierve,
evaporo la ventana
escapando de este infierno feroz
de no estar,
de las cenizas que son mis huesos
cefalea incesante y palomas desplumadas
¡pajarraco traicionero!, ¿vivirás también
de mi infierno?.
¡Pienso en las mujeres de mi edad!
en el carretón que se llevo mis ganas,
en los bueyes que la arrastraron,
en el pan amasado que calma los dolores
y que engorda tanto.
No pintaré mas mis uñas
tampoco cepillaré el espanto
de mi pelo crespo,
no volveré a pestañear,
¿para qué?
furiosa correré entre gaviotas
me perderé intentando vuelos
más allá de ti...
de mis ojos moribundos,
dos cuerdas en mi guitarra
la tetera hierve,
evaporo la ventana
escapando de este infierno feroz
de no estar,
de las cenizas que son mis huesos
cefalea incesante y palomas desplumadas
¡pajarraco traicionero!, ¿vivirás también
de mi infierno?.
¡Pienso en las mujeres de mi edad!
en el carretón que se llevo mis ganas,
en los bueyes que la arrastraron,
en el pan amasado que calma los dolores
y que engorda tanto.
No pintaré mas mis uñas
tampoco cepillaré el espanto
de mi pelo crespo,
no volveré a pestañear,
¿para qué?
furiosa correré entre gaviotas
me perderé intentando vuelos
más allá de ti...
ESTE POEMA COMO TODOS LOS QUE PUBLICO EN MI BLOGS SON DE MI AUTO RÍA...
ResponderEliminarNaty...¡Qué placer es visitar tu espacio! TU AUTÉNTICO ESPACIO. Sos una rosita silvestre que perfuma de geometrías inigualabes los campos, todos los espacios. Bendigo la frescura de las letyras cuando pasan por tu mano, amiga querida. Dani
ResponderEliminarMi querido amigo Daniel, ¡qué alegría! que hayas dejado tu huella en este mi espacio insular, mi rincón de mar pacífico, muchas gracias por estar aquí, un abrazo que traspase la cordillera...
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