sábado, 28 de abril de 2012

En esta inmensidad de Archipiélago


En esta inmensidad de Archipiélago


Se rasga la cortina
me pena tu aliento de gran cuidad,
un pedazo de mi se vuelve nube.
Chamanto tejido en la crudeza de este mar,
el desatino de roca clamando tu piedad
viento travesía, quemándome los ojos
las gaviotas en sus nidos,
el hijo de mi entraña, toca la guitarra, como
si recién llegara al mundo, a mi mundo.
¿Qué hago en esta cuidad cerro abajo?
-contando ovejas, disimulo mis penas-
no pertenezco al rebaño.
Un te amo a media voz, se me escapa
por los poros,
la salinidad, ni mi pelo crespo son excusas
nadie entendió el lenguaje del alerce, nadie...
Tengo certeza de haber amado, cada milímetro
de tu espesura,
tengo sargazos por decenas, como único refugio
tengo impregnada la sabiduría del ajo
la piel de las papas de esta tierra,
tengo el alma tan extensa, como este Archipiélago
y tengo ojos mitológicos que miran como desapareces a estribor.



Natalia Pérez
20/04/2012





2 comentarios:

  1. Bella poesía y buen blog. Me gustó.

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  2. Muchas gracias por la visita, bienvenido y gracias por tú huella, cariños.

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