Podre caminar entre los helechos
Como soberana de esta tierra bendita, abundante
Desintegrarme a tu paso, mientras flamencos dormitan esta tarde.
Mis dedos se entierran entre las dunas
Tú me miras de re ojo, yo no entiendo nada.
Hoy no es un día cualquiera, tu indiferencia me es ingrata, impacta.
Y no sé porque me impacta tanto. Refrescaré mi garganta, beberé el rocío
De las otras mañanas... mi voz presiente desde mi entraña lo que debo gritarte.
¡Vientos de la isla desparramen mi canto! .mi guitarra nunca más te guiñara el ojo
En un canasto de manila guardaré
Besos desabridos, abrazos que no me diste.
Tu mano inquieta buscando desniveles
Y refugios que no te pertenecen.
No podrás mirarme de frente mientras lleve puesto
Este vestido granizado, por más que destile lluvias
Que huelen a ti, no me volveré incolora.
Para tu desgracia a salido el sol…
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